sábado, 14 de noviembre de 2009

ENTRETELONES DE UNA CHARLA

Un dicho común de la “filosofía callejera” señala que “segundas partes nunca fueron buenas”. Por extensión, da a entender que los intentos siguientes, casi siempre, resultaron peores. Con excepciones, como las tiene toda regla, esa particular definición, que se ajusta a muchos casos, alcanza aplicación acertada en el común de las circunstancias.

Sin embargo, hay quienes se empeñan en negarle autenticidad. Y así se dan, una y otra vez, contra la dureza de la realidad, “que no perdona”. Y ya que estamos, una acotación más, como para ser un poco más claros: aún en política (que algunos definen como el arte de hacer posible lo imposible), nada resiste los archivos.

Todo eso, aunque parezca “descolgado” viene a cuento de hechos muy pequeños que, aún así, encierran algún contenido para tener en cuenta. Y no es juego de palabras.

Se ha hecho común, de un tiempo a esta parte, algo así como un ciclo de charlas en el comité de la UCR de Bahía Blanca. A veces, con más platea; en otras, con menos, hay quienes ocupan la tribuna para abordar diversos temas; unos más importantes; otros, no tanto. Porque todo estriba, un poco, en el sentido de oportunidad en que se los expone.

También incide, y bastante, quiénes son los oradores de turno y con qué antecedentes llegan a plantear el tema elegido, debiendo en eso, también, contemplarse (no poco) la intervención que el “disertante” haya tenido respecto del asunto que les ocupa como expositores.

Últimamente se sucedieron algunas charlas: el ingeniero Juan Carlos Schefer habló sobre la crisis del agua; y el doctor Juan Pedro Tunessi lo hizo sobre la reforma política. Ambos lo hicieron con años encima de actividad en los rubros de los que se ocuparon. Estando en funciones, preguntamos, sin ánimo de poner en tela de juicio nada, ¿hicieron desde sus posiciones, algo a favor de lo que ahora propugnan como soluciones?.

Porque, es sabido, la necesidad de una reforma política está latente desde tiempo inmemorial y más que acentuada desde aquel remanido “que se vayan todos”. El problema del agua, que sufren la ciudad y la región, viene de lejos.

Sin embargo, no parece que fueran Tunessi y Schefer, con todo respeto por sus trayectorias, los más indicados para brindar soluciones hoy. Y de diagnósticos, en ambas materias, podría decirse que “estamos hasta la coronilla”.

Como si lo anterior fuera poco, este viernes (13), volvió a abrirse la “tribuna” de Donado 354 para una nueva charla. En rigor, no hubo demasiado interés en promoverla, porque el comité ni siquiera distribuyó su gacetilla informativa, ilustrando al respecto. Se diría, sin ánimo de acertijos, pero a la luz de los hechos, que se accedió a un pedido (de algún grupo afín al charlista) y se hizo el encuentro. O el desencuentro, porque (nos dijeron) apenas hubo una treintena de asistentes. Es que el tema, el de la seguridad, aunque delicado y preocupante para la comunidad (la de aquí y la de otros lados, por no decir todos los lugares) está demasiado “conversado” y con pocas (muy pocas, para ser más claros) determinaciones que apunten a resolverlo.

El “disertante” está a punto de concluir su mandato como diputado provincial, aunque no hay muchas certezas respecto de lo hecho en los dos últimos años (de octubre 2007 hacia adelante) desde su escaño parlamentario. Para identificarlo basta decir que fue intendente 1999/2005 en el distrito de Villarino. No concluyó su segundo período (de allí, un poco, aquello de las segundas partes), para ir a La Plata y ocupar una banca en la Cámara Baja.

Se ha ufanado (y algo de eso, nos dijeron apuntó en la charla) de haber sido el primero en instrumentar la Policía Comunal, sobre cuyo éxito se discurre sin mayores precisiones, allá por el 2004. No se olvidan, aún así, las críticas ostensibles que menudearon, sobre su área de Seguridad, durante el 2005. Y ni qué hablar, de la nominación de un responsable que ni siquiera alcanzó a asumir el cargo; y la posterior designación de su relevo, uno de los funcionarios más cuestionados del gobierno municipal de Villarino desde el 2005 hacia esta parte.

Con esos antecedentes, habló el legislador bonaerense, aludiendo a aquello que vio en materia de seguridad en un viaje a Israel, aunque no aplicó nada de eso en la comuna que gobernaba por entonces. Algún asistente con memoria, dijo de las críticas que el disertante formuló en su momento contra fuerzas policiales, pero no mucho más.

Concluido el tema seguridad, el orador se permitió incursionar en el problema del agua, refiriéndose a la mecánica que observó en Israel, como así a la presencia de técnicos de ese origen, en Villarino (2005), aunque sin precisar, tampoco, las razones por las cuales no se avanzó en la intención de dar solución a la crítica dificultad, con el acueducto desde el Colorado. Sí, se nos apuntó, se mostró a favor del trasvasamiento del río Negro, después de aludir al problema de la salinidad que dificultaría resolver el problema a través del río que surca hoy tierras del Valle Bonaerense.

¿Colofón?. El ciclo de charlas en el comité Bahía Blanca de la UCR no tuvo, este viernes (13), la continuidad deseable, en cuanto a expectativas. No puede hablarse de “resultados” en este tipo de programas, pero sí está a la vista que el invitado de turno no despierta ya, por aquí (en otros lugares tampoco) algún tipo de interés.

Lejos están, y esto merece citarse, tiempos en que el visitante convocaba (claro que con un dispositivo de prensa conocedor del oficio). No entendió el mensaje, cuando pretendió “desembarcar” (2008) con una línea interna en Bahía Blanca. No lo había entendido antes (2007), cuando sufrió una derrota aplastante al intentar volver a la jefatura comunal de su distrito.

La gente, aún desde su aparente indiferencia o su justificada incredulidad, no da retorno cuando se cansa de repetidos mensajes que no se condicen con los hechos. Algún derecho tiene, después de tantas frustraciones…

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