martes, 11 de enero de 2011

SUDOESTE CON LLUVIAS




Sin dudas lo más importante de la semana fueron las lluvias, más allá del momento en que cayeron y al margen de que alguno crea de que fueron demasiados milímetros juntos, siempre es muy bienvenida la lluvia en nuestra zona, sea de la manera que fuere.

Y es tan importante la lluvia para nuestra región que hasta parecería que las promesas del ministro Domínguez han quedado diluidas, es decir, las mentiras de
las promesas del ministro ya casi no tienen importancia para el productor de nuestra zona, cansado de tanta burocracia y de tanto franeleo.

La misma burocracia que el día miércoles (12) se verá sometida la Mesa de Enlace cuando deba reunirse con el ministro a explicarle lo inexplicable y el mismo Domínguez conteste lo incontestable.

Toda una maraña sin sentido, esa misma maraña que, por ejemplo, ofrece créditos para retener el cereal de aquel que no tiene precios y podrá vender en algún momento…. que tampoco sabrá si tiene precio. Es fantástico…. Una maraña que en definitiva no deja conforme absolutamente a nadie, al campo por harto y al ministro porque creo para mis adentros está más cerca de irse que de continuar, pero claro, esta es una apreciación personal, o al menos si tiene dignidad, virtud que yo no querría poner en dudas, sus tiempos deberían estar llegando a su fin, sino, estamos ante un verdadero caradura.

Y si bien es cierto que está más que demostrado que ir al choque con este gobierno es un camino de ida, a veces cuando tengo la posibilidad de conversar con respecto a que es lo que hay que hacer, siempre en lo personal mi primera intención es pensar que dialogar siempre debería ser el camino indicado.

Es decir, consensuar, proyectar, etcétera, etcétera; el problema es que en general siempre desde el gobierno se viene con una idea ya cerrada, sin lugar a modificaciones y a lo sumo con un claro tinte de negociado y ya no es lo mismo. Entonces volvemos al principio, ¿a qué sentarse a dialogar?

¿A negociar? Y si, es una salida inteligente, pero cuidado, negociar, significa aceptar ciertos grises a los cuales no toda la sociedad está acostumbrada y no tiene porqué aceptar acostumbrarse. Entonces, ¿el tractorazo del lunes es la solución?. Lo dudo muchísimo, el momento óptimo de un campo demostrando su poderío social ya pasó, por lo cual no quedan demasiadas salidas. Ni el diálogo ni la fuerza, sólo la negociación, sin dudas que debe ser la salida más inteligente, pero es la salida donde empezamos a vender ese poco de dignidad que todavía tenemos dando vueltas.

Negociar significa que a veces el fin justifica los medios. Negociar también significa sobrevivir. “Alea jacta est”, decía el César antes de partir a las batallas, “la suerte está echada”, el gobierno ya entendió que sin el campo gobierna igual y sus arcas están a salvo, pero a tener cuidado, no vaya a ser que esta “Niña” que anda dando vueltas haga que la reina soja termine derrocando al Cesar. Negociar o no negociar, esa es la cuestión por estos días. Vendo dignidad, compro trigo, dirán algunos….

Carlos Bodanza, Mañanas de Campo
Periodista y miembro de Conciencia Interior
www.concienciainterior.com.ar