martes, 17 de febrero de 2009

JUBILADOS "EN TRÁNSITO" O UNA LAMENTABLE REALIDAD COTIDIANA

Usted puede ser jubilado y no habrá en ello nada que reprocharle. Por razones de edad y por los años trabajados, sea cual haya sido su actividad, tiene derecho a “gozar” del beneficio. ¿Por qué las comillas recién aplicadas?.

Porque lo de gozar es, sin duda, una manera de decir. Un lugar común, como le dicen. Salvo que por ello usted interprete, solamente, obtener algún viajecito a la Colonia de Vacaciones “Agustín de Arrieta” de Sierra de la Ventana (hasta hace un tiempo eso era algo bastante habitual para grupos de la “clase pasiva”, con el respaldo de la dirección regional del PAMI, con sede en nuestra ciudad). O, si mejor lo interpreta, inscribirse en alguno de los cursos, muy de moda, que se dictan con auspicio de la misma obra social y el apoyo de la Universidad Nacional del Sur. No hay, para nada, nado malo en eso. Como tampoco lo ha sido hacer algún itinerario hacia centros turísticos más lejanos, como las Termas de Río Hondo, que alguna vez figuro en planes para jubilados, pero que ahora no se escucha promocionar, seguramente por efecto de la crisis y la falta de recursos.

Ahora bien: si por alguna razón que no tiene que ver con algún programa de PAMI usted decide vacacionar fuera de la ciudad (no importa el lugar donde lo haga) o simplemente viajar, aunque fuere por razones estrictamente familiares o de obligados trámites, tome sus cuidados, más allá de los comunes para cualquier traslado.

Antes de partir, imagínese alguno de los contratiempos de los que no está exento (fundamentalmente, por edad y salud). Vaya a su médico de cabecera y ¡acierte! qué puede pasarle y con qué medicamento, en lo posible, puede resolver la cuestión. Consiga todas las órdenes, en formularios habituales, que el médico acepte extenderle, por si acaso deba recurrir a alguna farmacia.

Caso contrario, si como afiliado "en tránsito” debe recurrir, en alguna emergencia, a la compra de un remedio, tendrá que abonarlo sin descuento (¡cuidado con eso!) y cuando regrese, no le reconocerán ningún reintegro. Diga lo que diga y vea a quien vea en la filial del PAMI que le corresponde (si es de aquí, la de Bahía Blanca).

Lo expresado está dicho a la luz de un hecho común, fortuito sí, ocurrido en la ciudad de Necochea. Donde, en el hospital municipal no disponen de los recetarios oficiales de PAMI (los únicos que se reconocen después en las farmacias) y nadie accede, por ello, a aceptarle una receta común, aunque esté extendida en un “recetario”, si así puede llamarse, del nosocomio oficial.

Eso sí, allá, en Necochea, como aquí en la ciudad, el funcionario a cargo de la dirección de PAMI expresa por los medios cuántos son los avances que, en materia de prestaciones, se han logrado; se logran; y seguirán lográndose. Cuando usted precise de alguno de esos “avances”, seguramente se encontrará con algún pequeño detalle que difiere de lo escuchado o leído, y “a otra cosa mariposa”, como suele decir un conocido conductor de programa periodístico radial.

Es fácil, cuando ya pasó, tomarlo un poco a la chacota. Pero cuando le ocurre, se “agarrará” la mar de las broncas. Y puede ser que no sea recomendable, por la edad; por la salud y por muchas cosas más.

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