Sábado 17, 10.50 de la mañana. Esquina de Hipólito Irigoyen tocándose con Zapiola y Dorrego. Moto (pequeña cilindrada supone uno), sin chapa patente que identifique el vehículo. Agente de policía a su comando. ¿Esperando qué?. ¡Vaya a saber!. Eso sí, arranca, para trasponer la calle, con semáforo claramente en rojo. Mejor explicado, esperando que pasara al rojo para avanzar.
Detrás, cuando el semáforo dio paso con el verde, vimos un patrullero, con agente de policía parado sobre la caja.
¿Adónde iban, uno y otro vehículo?. Apuro, hasta lo visto, ninguno. Entonces, ¿por qué la infracción de la policía en moto?.
Mal ejemplo, en plena vigencia del publicitado “Bahía conduce”, sólo apto para aplicar multas y, después, cobrarlas. Así vamos…
¡Ah!, en algún sector (es factible que fuera en todos), los parquímetros estaban fuera de servicio. Probablemente, fue por la afluencia de público, y vehículos, motivada en las vísperas del Día de la Madre.
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