martes, 8 de julio de 2008

LO DIJO VIRGINIA

Merced a la gentileza de la oficina de prensa, transcribimos las palabras de la diputada nacional MaríaVirginia Linares, en ocasión del debate sobre las retenciones móviles, en el recinto de la Cámara Baja. Este es el contenido de su alocución:

Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Linares.- Señora presidenta: después de tantas horas de debate trataré de ser concreta porque todavía quedan varios oradores anotados para hacer uso de la palabra. Voy a tratar de respetar el tiempo que se nos ha asignado, cosa que muy pocos han cumplido hasta el momento.
Todos los que estamos aquí sentados sabemos que el sector agropecuario aporta un importante porcentaje de su producción a través de diferentes impuestos y derechos a las exportaciones de productos agrícolas, sobre todo después de la crisis de los años 2001 y 2002, siendo estos fondos uno de los principales en el mantenimiento y sostén no sólo de programas sociales sino también como generador de reservas del Banco Central.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Eduardo Alfredo Fellner.

Sra. Linares.- El tema que nos ocupa hoy aquí es la resolución 125, y pareciera que de lo único que trata dicha resolución es de la soja.
Quiero contarles lo que sucede en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, una zona árida y semiárida, a pesar de que en el mapa figura como parte de la pampa húmeda, lo que dista muchísimo de nuestras condiciones y edafo-climáticas y agroecológicas.
Sin embargo, esta resolución impacta específicamente en el tema del trigo, muy fuerte y muy mal. Me voy a remitir a valores. Hacia el año 2007 las retenciones agropecuarias en trigo, girasol, algo de maíz y muy poco de soja ascendían a 499 millones de pesos en nuestra región. En el año 2007, antes de la resolución 125, se iban 780 millones de pesos. Hasta hace un mes, desde el 2 de junio, según los últimos valores oficiales que tengo, se están yendo 2.134 millones de pesos, de los cuales 1.036 millones pertenecen al trigo. Acá la soja no existe.
Sin embargo, en los productores de mi zona, de mi región, que dista mucho de la oligarquía, se está generando un impacto social que creo que hay que atender. Por eso estamos de acuerdo con la suspensión de la resolución 125 por 150 días para poder tener en cuenta estas economías regionales. (Aplausos.)
Además de la suspensión solicitamos el rechazo de esta resolución, porque lo que nosotros queremos discutir no es solamente la modificación de la alícuota. Es una zona ganadera, ya que el 70 por ciento lo es, y también hay un impacto importantísimo en el tema de nuestro ganado.
En ese sentido podemos analizar la faena de esta región. Los 250.000 animales que se están produciendo en este momento equivalen a 90 kilos per cápita; se ha registrado una disminución del 10 por ciento desde el año 2002 al 2007.
Creo que esto es para abrir la discusión de estos temas porque se están deteriorando las economías de nuestros pueblos de manera notable. Justamente hoy publica un diario que la Cámara de la Industria del Comercio de Carnes informó que de las 4.066.000 cabezas de hacienda que se faenaron en el período de enero a abril, el 49 por ciento correspondió a liquidación de vientres.
En esta zona hay ocho mil explotaciones agropecuarias y corresponde al 25 por ciento geográfico de la provincia de Buenos Aires, por lo que merece de este Congreso una actitud diferencial.
En ese sentido, lo que yo vengo a pedir no es solamente –como bien dije la modificación de la alícuota, sino también que se busque una alternativa a las compensaciones. A los productores no les interesan las compensaciones. A los productores les interesa trabajar, tener dignidad. (Aplausos.)
Quienes han estado en los caminos de nuestro interior sabrán que no se trata de un tema de las cuatro entidades agropecuarias. La gente estaba autoconvocada. Se les dio a estas cuatro entidades la responsabilidad de poder llegar hasta donde han llegado con la unidad y peleando por ellos.
Pero no se confundan, los que estaban en las rutas no eran de la Sociedad Rural solamente, los que estaban en las rutas no eran de la oligarquía; eran pequeños y medianos productores que no pueden mandar a sus hijos a estudiar a la universidad porque no les alcanza para sobrevivir de la explotación agropecuaria que tienen. (Aplausos.)
Lo que además se está planteando es la redistribución de las retenciones a través de la coparticipación para que los intendentes –que son desde la política las personas más representativas porque tienen el voto popular y es a quienes uno ve todos los días por la calle puedan elegir y definir con libertad cuáles son las obras de infraestructura que quieren.
No puede ser que nosotros definamos desde acá si son hospitales u obras de infraestructura viales. Cada uno debe de saber esto, porque les puedo asegurar que hay muy buenos hospitales que no tienen médicos para atender, y esto también hay que tenerlo en cuenta.
Respecto del dinero que se va de la coparticipación, quiero decir que en mi zona desde el año 1996 –también tengo la desgracia de vivir en la provincia de Buenos Aires se prometieron obras de infraestructura y hasta la fecha solamente hemos tenido algún recapado de alguna ruta. Es allí por donde pasa un sector productivo muy importante.
Debemos poner en la agenda lo relativo a los dineros que entran por los derechos de exportación y la redefinición de un sistema ferroviario para carga y para pasajeros en el interior del país, que también está pendiente. Hace una semana en mi ciudad se mataron dos personas porque los camiones no pueden circular en esas rutas angostas y atoscadas. (Aplausos.)
Tenemos que ir definiendo las cuestiones pendientes, entre ellas, cómo discutimos un nuevo modelo de ruralidad, un nuevo modelo de opción territorial, donde no nos pase lo que nos ocurrió en la década del 90, cuando Florencio Varela aumentó su población en un 36 por ciento y Ezeiza en un 57 por ciento, mientras que Puan –mi región- disminuyó en un 7 por ciento y lo mismo ocurrió en Guaminí.
Volvamos a poblar el interior, cosa que se estaba haciendo y muy bien. Volvamos a dar a los productores agrícolas esta posibilidad.
Para terminar voy a referir algo que me mandó una señora del interior profundo de la provincia de Buenos Aires, que es maestra en una escuela rural. Dice que ella transcurrió su vida en un paraje rural, en contacto con los pequeños productores rurales, marcados en su vida con obra y campo, todos los días. Relata que ve a su abuelo, a sus padres, tíos y primos defendiendo la causa y siente una mezcla de orgullo, bronca e impotencia. Ve a Darregueira, partido de Puan, cubierto de tristeza, y me hace un pedido que hago extensivo a los demás diputados y bloques, coincidentes y no coincidentes de su idea: que deshagamos la trampa, que actuemos con las mejores herramientas de las que disponemos, que presentemos batalla honesta, limpia; que interpretemos el sentir de los pueblos del interior; que seamos impecables en las acciones y con las palabras; que no decepcionemos a los ciudadanos, que creen en varios de nosotros.
Por eso, como yo quiero representar a mi provincia y a mi región, rechazo la resolución 125. (Aplausos.)

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