Habló de Juan Carlos Cabirón, de cara a las elecciones municipales del año venidero.
Un trascendido de esos que nunca faltan en el orden político (sobre todo cuando el año calendario no incluye elecciones) abre de todas maneras un alerta roja respecto de futuros movimientos, no exentos de todo tipo de especulaciones.
La versión se originó en una versión periodística relacionada con declaraciones del diputado nacional Juan Pedro Tunessi.
El legislador, con mandato reciente, que se prolongará hasta el 2013, no será postulante al Sillón de Bordeu por obvias razones: un tanto por sus anteriores fracasos en algunas nominaciones de ese tipo (aunque asido, siempre, a algún cargo parlamentario desde el advenimiento de la instancia democrática que transitamos); y otro poco porque con un escaño por cuatro años es factible que haya decidido dejar a un costado su obstinación por ser intendente de la ciudad.
Pero no se ahora se sabe que no es precisamente, aunque cíclicamente diga lo contrario, quien pueda alentar ciertas candidaturas: mucho menos, alguna que pueda insinuarse para el año que viene, como es la de María Virginia Linares, que transita la segunda etapa de su ciclo como diputada nacional, por lo que concluirá su período justamente en el 2011.
Por esa suerte de costumbre frentista de los últimos tiempos, no sería extraño que UCR, Gen, CC y algún otro movimiento confluyan en alguna alianza electoral para ¿octubre? Del 2011.
Entonces, que hace el inefable político: tira un nombre, aunque después diga que todavía no es tiempo. Y se le ha ocurrido divulgar el de Juan Carlos Cabirón (1983-1987 y 1987-1991), a quien adjudica “un actitud muy positiva dentro de la reconstrucción de la UCR”.
A año y medio de la compulsa que determinará quien gobernará la ciudad entre el 2011 y el 2015, no se entienden las razones de la nominación que el legislador ha hecho. Como no sea la intención de abortar anticipadamente el lanzamiento de algún otro candidato. Por ahí puede andar la cosa. Y no es buena mecánica.
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Juan Pedro Tunessi habló de Juan Carlos Cabirón, de cara al 2001. ¿Por qué y para qué?, sería bueno saber.
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