jueves, 3 de junio de 2010

LA INTERNA RADICAL

Por Mariana Alvarez

El domingo 6 de junio del corriente año, fue la fecha estipulada para llevar adelante las elecciones internas en la Unión Cívica Radical, para renovar, entre otras, las autoridades en Bahía Blanca.

El objetivo de estas elecciones es decidir las autoridades partidarias que llevarán adelante, en los próximos dos años, los lineamientos a seguir por el centenario partido de cara al escenario político que encuentra como objetivo próximo las elecciones de autoridades para conducir el gobierno municipal en el año venidero.

Tres listas se enfrentarán en la contienda electoral; tres proyectos políticos que se presentan frente al afiliado; que definirá, finalmente, dicha conducción.

Las elecciones internas partidarias son un paso necesario, primero porque están legalmente previstas en la Carta Orgánica Nacional y las provinciales y, además, porque forman parte del espíritu de nuestro partido, es decir, que los dirigentes que conduzcan los destinos de la UCR sean elegidos por la participación de los afiliados y afiliadas en elecciones y no que sean designados por acuerdos de cúpulas.

Partimos de la base que el consenso es fundamental, pero también es real que para que exista el consenso, primero debe existir el disenso. El debate es necesario para que nuestro partido -pasado el 6 de junio- se concentre más en las coincidencias que en las diferencias, y para que el proyecto que gane, conduzca y los demás acompañen.

No hay que temerle al debate ideológico, hay que profundizarlo, con respeto y tolerancia, removiendo la base que nos sostiene desde hace más de cien años. Esto implica garantizar la plena participación democrática, la inclusión de nuevas ideas y un cambio que oxigene las estructuras partidarias, no sólo desde el discurso; también desde sus acciones y prácticas, a través de sus órganos de representación interna.

El respeto por la orgánica partidaria; la lucha por los principios y valores que nos dieron origen y que hoy siguen más vigentes que nunca, deben ir acompañados por una actitud abierta que propulse una mayor participación. Por esto resulta fundamental la multiplicación de los espacios de formación política que forme a los dirigentes del mañana, porque un partido político que apuesta a la formación, no sólo tiene vocación de poder, sino también, ambición de futuro.

Nuestro partido debe actuar con dinamismo; la renovación debe darse de la mano del conocimiento, de la comprensión del pasado, para poder realmente proyectar un futuro. Debe dinamizar su actividad, escuchar las demandas sociales y tener capacidad de brindar respuestas, promover el pensamiento y la acción desde una agenda socialdemócrata, que tienda a generar mayores oportunidades, y condiciones de igualdad, equidad y justicia social.

Por esto, las elecciones internas no son un fin en sí mismo, sino que son el punto de partida para la consolidación de un partido grande, abierto, pluralista, que genere diálogo y entendimiento con todos los sectores; que impulse una unidad sincera, sin mezquindades, ni actitudes mesiánicas, con generosidad y grandeza, tal como la sociedad exige y se merece.

Considero que no es un camino fácil, pero sí es necesario, y hay que comenzar a recorrerlo sin temor a equivocarse. Hay que apostar a la participación, al empuje y al trabajo conjunto y mancomunado; esto sin duda debe hacerse sin prisa pero sin pausa y con paso firme, que deje huella, generando transformaciones estructurales para construir una ciudad para todos.

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