lunes, 11 de enero de 2010

POSTALES DE LA CIUDAD II

Que hayan tenido que producirse cortes en la provisión de agua porque su escasez se ha acentuado, ¡vaya y pase!, porque estaba dentro de aquello que, aunque no guste y moleste, era previsible.

Que con una lluvia como la que en la tarde de este lunes (11) arreció sobre la ciudad (sumaba algo así como 33 milímetros hasta alrededor de las 17), no se vislumbre un cambio de la situación, porque el problema no es de caudal sino de potabilización, ya entra dentro del terreno de aquello que no puede admitirse, así porque sí.

Y lo peor de todo es que, bajo el pretexto de la firma de un convenio (lo que pone de manifiesto otra reacción tardía) responsables del tema hagan declaraciones como si tal cosa, abstrayéndose de la cuestión fundamental: hay poco para hacer contra la naturaleza que se torna esquiva. ¿Pueden, funcionarios que no hicieron lo debido en tiempo y forma, permanecer olímpicamente en sus cargos, como si nada tuvieran que ver con lo anterior; lo presente; y lo que vendrá, por el incumplimiento de elementales responsabilidades que les competen?. Eso sí que es francamente intolerable.

Pero, a la luz de los hechos, es otra imagen deplorable en la ciudad en que “juntos, podemos hacerlo mejor”. ¿Quiénes?. ¿Por qué no empiezan a hacerlo quienes cobran jugosísimos sueldos para hacer lo que les corresponde?. ¿O acaso los perciben justamente por todo lo contrario?.

Nos quedó flotando, un concepto formulado por Roberto Elissamburu, gerente de Recursos Humanos de Solvay Indupa, en ocasión de la firma del convenio entre el intendente municipal y empresas del polo, que se harán cargo de su financiamiento de un acueducto. Indicó que "este convenio se efectúa en el marco de la crisis hídrica que atravesamos y estamos convencidos de que todos tenemos que aportar para poder salir de esta situación". Sólo por curiosidad: ¿quiénes serán esos todos?. El “todos”, tan abarcativo, ¿incluirá también a los usuarios?.

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