lunes, 7 de junio de 2010

GANÓ ALOMA SARTOR. ¿QUIÉNES PERDIERON?

Tempranamente, quizás por ser fiel a una tradición (lo cual no está mal) el radicalismo cumplió su interna. Primer paso, seguramente, como para ir avanzando en el camino, pensando en el 2011.

El comicio interno, distrital, no dejó dudas en cuanto a sus guarismos. Ganó Aloma Sartor, o lo que es igual, la lista 127 (¿es igual?).

De tal forma, la ingeniera (ex edil lugareña, reconocida por propios y extraños como de buen trabajo durante su mandato en el HCD del “Pago Chico”), será la primera mujer que presidirá el comité radical de Donado 354 de nuestra ciudad.

Sartor obtuvo 1.171 votos. Aventajó a la lista 51, del abogado Martín Salaberry (551 sufragios); y a la 308, comandada por el ex concejal Marcelo González (427).

Hasta allí, la lectura no depara mayores objeciones, después de una compulsa con una afluencia de votantes en buena medida superior a lo estimada originalmente, pues se suponía que la nominación de la dirigencia partidaria no era, por sí sola, suficientemente atractiva o convocante en material de movilización.

Sin embargo, no todas son flores. Sí, en cambio, se habla, figuradamente, de “algunas espinas”. Pero todo, eso sí, según el color del cristal con que se mire.

A ver: la tercera colocación, cómoda, de la lista 308, descarta, al menos de movida, la perspectiva futura de dos “apoyos” que recibió esa boleta: Juan Pablo Baylac y Oreste Retta. Quedó demostrado, palpablemente, que el electorado interno de la UCR no los quiere en proyección hacia nuevas instancias. Porque a nadie escapa que los respaldos originarios algo se traen para cuando llegue el turno de postulaciones para más adelante.

El segundo lugar de la lista 51, con Salaberry a la cabeza, en cambio, parece indicar que, superada esta instancia, el grupo, rotulado a sí mismo como el de “los jóvenes”, puede llegar a tener, tiempo mediante y con militancia persistente, un lugar dentro del esquema electoral. Esto, pensando en que, insistentemente (aunque en la práctica no sea tan así) se reclama ¡renovación!.

Un poco más compleja, pese a la victoria holgada, puede ser la cosa respecto de la lista 127, la ganadora ¡sí!. Es que, como se ha manifestado sin tapujos (y eso está bien), responde claramente al patrocinio de Juan Pedro Tunessi y Juan Carlos Cabirón. Ahí está el tema.

¿Por qué?, se interrogará. Uno de ellos (JPT), de prestigio indiscutido por su laboriosa gestión como legislador (concejal, diputado provincial y ahora diputado nacional, en distintos períodos y por un larguísimo tiempo), no escapa a un personalismo tan real como lo ha sido su acceso, invariable, a las bancas de distintos niveles. No ganó por las propias (se le negó la aspiración de ser intendente, en internas y en generales), pero siempre llegó. ¿Qué hará de cara al 2011 es la pregunta del millón?.

Otro (JCC), electo ahora como primer convencional provincial, no ha sido lo que se dice un elemento aglutinador precisamente. No le fue mal individualmente, porque de la mano del triunfo de Raúl Alfonsín, en octubre 1983, fue intendente 1983/1987 y repitió en el 1987/1991; y accedió más tarde a una banca en la Cámara Baja nacional. Tunessi se apresuró a señalarlo como postulable para el Sillón de Bordeu, con vistas a octubre 2011. Y se sabe que el “vasco”, más allá de la condición de “testarudo” que le asignan, suele ser intransigente a la hora de ciertas nominaciones, cuando de compaginación de listas (y ubicaciones para “entrar”) se trata. No tan memoriosos deben recordar qué paso, en la UCR, cuando se aproximaba la compulsa general del 2007.

Por encima de todo eso, está la clara incidencia que, también para la perspectiva del 2011, tendrá lo ocurrido a nivel bonaerense. Ya hay quienes dicen que Ricardo Alfonsín está en carrera para las presidenciales. ¿Es acaso la mejor receta para el radicalismo, “enganchada” a la reedición del Acuerdo Cívico y Social?. Cierta euforia ajena parece indicar rotundamente que no.

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