domingo, 2 de octubre de 2011

Y PARECE QUE FUE AYER…

Cuando decimos que Santa Teresita es nuestra parroquia, la de toda la vida, expresamos aquello que sentimos, sí, desde muy chicos. Y lo bueno de eso es que, aunque los cambios generacionales no pueden ignorarse, hay algo que sigue “como si fuera ayer”, nada más, que éramos monaguillos en la iglesia de La Inmaculada; o aspirantes de la Acción Católica; o, simplemente, “fieles”, que íbamos a la temprana misa de los domingos, a las 8…

Pasó una vida, es cierto, pero el espíritu sigue siendo el mismo.

El que nos hace recordar la voz de don Victorio (Lamponi), guiando la liturgia del domingo, desde su lugar de siempre. O a don Victorio (Calvetti); doña María Trucco; doña Rosa de Torquatti…

El mismo que nos devuelve la imagen de los domingos, esperando la salida de la misa de las 9, reservada a las chicas de La Inmaculada; o las tardes de sábado, en las reuniones de la JAC; o los mediodías de domingo, en el Club Parroquial de los altos de Berutti 343.

Este sábado (1), como hace tantísimos años, estuvimos en la misa de la fiesta patronal. Y evocamos aquellos tiempos de Agnes Lazzarini (la catequista por excelencia), de Elba Albertini (la voz del Ave María en los casamientos); del padre Mesquida (enfervorizado con la Virgen de Fátima, pero siempre luchando por el nuevo templo de Villarino 460); de los “tenientes curas” que pasaron (Broilo, Sarrionandía, Baltabur); el padre Eugenio Bosetti (que reemplazó transitoriamente al querido primer párroco); y del padre Jorge (que llegó después y estuvo larguísimos años).

No podemos olvidar a “Rulo” (Yañez); Barcelona, Cuchetti, los Borettini, Graciana (Faure); los Vila (todos)…

Escuchamos al buen padre Roberto (Bukle), que en el final de la tarde recuerda que el próximo año, el 3 de abril, la parroquia cumplirá 75 años y será algo para festejar todo el año.

Entonces, de puro nostálgicos, se nos viene a la memoria, por si hiciera falta, que en 1937, cuando (el 4 de abril) nació Teresita, nuestra hermana mayor, le “pusieron” ese nombre porque el día antes se había creado la parroquia.

Entonces, también, se nos ocurre que por algo, en los 70 años de nuestra vida, fuimos y volvimos siempre a la vieja parroquia. Allí, en Berutti o en Villarino, están encerrados buena parte de nuestros mejores recuerdos de la niñez y la adolescencia…

Alguna vez, hace tiempo y a lo lejos, el abuelo Ernesto leyó las lecturas y, también, dio la comunión, cuando eso parecía privilegio de unos pocos…

Pensamos, como en voz alta, pero escribiéndolo, que cuando se recorra la historia de la parroquia, el año que viene, sería bueno tener presente a aquellos ejemplos que hicieron de Santa Teresita, algo así como una gran familia parroquial. Por algo fue…

No hay comentarios: