domingo, 22 de junio de 2008

¡VAMOS, OLIMPO, A GANAR!

Primer domingo del invierno. Para no desmentir el comienzo de la estación, hace frío y no poco. Está destemplado, sin sol y hasta con cierta amenaza de lluvia (esa que reclaman a diario desde el campo, para quejarse si viene en abundancia).
Sin embargo hay quienes –no pocos, por otra parte; nosotros incluidos– esperan que el tiempo mejore en las 4 horas próximas. Y aunque no suceda, pendientes de la radio, irán al estadio tradicional, de las mejores citas que recuerda la historia del fútbol por estos pagos: al Carminatti, escenario clásico al que (nunca faltan) algunos iluminados quisieron cambiarle el nombre, para ponerle el del ex presidente (¿ex, realmente?) del señero instituto aurinegro, que pronto, en el año del bicentenario argentino, cumplirá su primer siglo de vida.
Es Olimpo el que convoca, a despecho de una jornada fría y gris. Es que “se la juega”, con el temple y las ganas que parece insuflar su técnico (Daniel Florit) y que en la cancha motoriza un incansable defensor central, que va a todas con fuerza, como Matías Villavicencio.
Enfrente estará Estudiantes, el “pincha” platense, aquel de muchas hazañas. Está claro que desde aquí deseamos que por un momento (90 minutos) se olvide de esos pergaminos, de las épocas de Zubeldía, y también del ausente Verón (la “Brujita”, lesionado).
Hasta un poco más allá de las 6 de la tarde, este domingo (22) será para vivirlo con un tema excluyente: la permanencia del oro y negro en la Primera A de AFA. Mal que les pese a los “colonistas santafesinos” que se las verán ante el académico Racing, aquel de la historia grande que conocemos desde el triple título del ’49, ’50 y ’51; el de Higinio García, Ernesto Gutiérrez, “Tucho” Méndez, el “maestro” Rubén Bravo; o la dupla izquierda de Llamil Simes y Ezrad Sued.
Que nos perdone por esta vez: más allá de los recuerdos, y de aquella pelota número 5 que recibimos como regalo de cumpleaños el día que se vino abajo el alambrado del viejo estadio, con Racing en cancha, pensamos en Olimpo. Y queremos que zafe de todo, si es posible, esta misma tarde. ¿Y por qué no?.

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