¿ES CASUALIDAD TANTA FALTA DE IMAGINACIÓN?

Esteban Obiol y María José Romero, del bloque del Frente para la Victoria; y Aljandro Curino, de la bancada del Frente para la Victoria Independiente, dieron a conocer un comunicado. En ese documento expresan:

"Hace unos días, los miles de bahienses defraudados por un sistema de transporte público que no es 'servicio público' sino 'complicación pública', nos indignamos con el intento de explicación ensayado por un directivo del grupo Plaza que sostuvo en una entrevista periodística que hay interesados en que a Plaza le vaya mal para atacar al municipio.

Curiosamente, un argumento similar, usó el domingo pasado en otro reportaje, el ingeniero Franco Comparato, vicepresidente de Aeropuerto de Bahía Blanca S.A. en procura de seguir defendiendo lo indefendible.

Lo indefendible es que quienes tienen la obligación de controlar el interés público y quienes asumen el compromiso de cumplir con las obligaciones contraídas a cambio de un pago, aparezcan como socios a la hora de poner excusas y deslindar responsabilidades con tal de no afrontar sus respectivos deberes.

¿Es el reino del revés?. La intendencia mira para otro lado cuando los colectivos no funcionan como corresponde y cuando a los empresarios se les pregunta al respecto, éstos dicen que las personas que no llegan a horario a sus trabajos o escuelas y ven su existencia trastocada, en realidad responden a intereses políticos. En el medio, claro, quedan los usuarios perjudicados, desprotegidos por que quien debería cuidar que se respeten sus derechos no lo hace.

La intendencia también se hace la distraída cuando la obra de remodelación del aeropuerto sigue sin concluirse, la playa de estacionamiento del complejo continúa sin estar concesionada, pero eso sí: el dinero público comprometido para solventar algo que no se recibió, ya se pagó.

La pregunta es si esta evidente falta de imaginación puede ser tomada como una simple casualidad o en realidad constituye la evidencia de un atroz contubernio en el que controlados y controladores se confabulan para perjudicar a la comunidad.
Por empezar, que sepamos, tanto Plaza como ABBSA han llegado a nuestra ciudad para cumplir con servicios y obras públicas y no para tomar partido en las cuestiones políticas bahienses.

Y si en todo caso siguen empeñados en considerar que todo se debe a una puja de intereses políticos, primero deberían limitarse a cumplir con lo acordado.
Cuando quienes hoy deben esperar una hora por un vehículo que los transporte a su escuela o lugar de trabajo no se vean más sometidos a semejante desconsideración, quizás sus argumentos suenen un poco menos desubicados…

Cuando quienes hacen el esfuerzo por pagar con sus obligaciones tributarias municipales comprueben que no se siguen desperdiciando recursos públicos en una obra que permanece deliberadamente inconclusa, tal el caso de la aeroestación, tal vez puedan tomar un poco más en serio consideraciones de esta índole.
Mientras tanto, desde nuestra posición, nos comprometemos a seguir cumpliendo con la misión que se nos encomendó cuando se nos consagró como representantes de los vecinos de nuestra ciudad.

En este caso, denunciar públicamente que el intendente no puede seguir concediendo este tipo de privilegios, cediendo a presiones de particulares para otorgar certificaciones dudosas que habiliten el cobro de sumas cuantiosas mediante créditos o subsidios financiados con dineros públicos, algo que está vedado a cualquier ciudadano común.

Es sospechoso y sugestivo que con un mismo argumento se pretenda generar suspicacias sobre quienes pretenden marcar fallas y faltas de cumplimiento y, en ambos casos, se procure salvar la responsabilidad de la intendencia, como si no fuera la principal responsable de esta situación.

Por eso, desde nuestros bloques, exigimos el cumplimiento de las normativas vigentes para que en esta ciudad no haya ciudadanos de una clase o de otra, dependiendo de las conveniencias o los contactos con el municipio de los que dispongan.

Y a los empresarios de Plaza y ABBSA les decimos que se limiten a respetar los compromisos que asumieron, ya que para ejercer la actividad política se requiere de un mandato popular y no de los mandatos e intereses que animan a las sociedades anónimas".