domingo, 27 de abril de 2008

¿CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DE TRABAJO?

No es de ahora que Olimpo ha tenido una “política de medios” muy alejada de lo que debe ser.
Sin embargo, no podemos olvidar que durante la gestión de don Mario Macagno, un señor con todas las letras, tuvimos que afrontar, en la condición de representantes del Círculo de Periodistas Deportivos de la ciudad, una difícil situación, que fue zanjada como corresponde a gente de bien, más allá de una agresión que, seguramente, fue consecuencia de alguna controversia del momento, acentuada por cierta reacción fuera de cauce.
En épocas de don Roberto Migliorini supimos incluso –actuación del aurinegro en la Liguilla Pre-Libertadores, con lo que significó en ese momento– colaborar, ad honorem claro, en aquello que en materia de prensa exigía una participación de esa jerarquía, en circunstancias muy distintas a las de hoy en día.
Olimpo tocó fondo, allá por los ’90 (recuérdese que se mantuvo en competencia, a nivel local, a través de una cooperativa de jugadores) y sobrevino después la era de Jorge Ledo.
Hemos disentido con su conducción y hemos elogiado sus aciertos, que no fueron pocos, porque llevaron a Olimpo a la Primera A e incluso lo devolvieron prontamente cuando le tocó en suerte el descenso, del que volvió rápidamente, ganando Apertura y Clausura de la Primera B Nacional, para subir nuevamente a la divisional de elite.
Por encima de esos logro, en esa gestión se hizo a nuevo el Carminatti, lo que no es poca cosa pensando en que los equipos pasan (¡y vaya si pasan!) y las obras quedan.
Pero hubo aún así algún lunar en esa etapa dirigencial. Ledo, entendido en todo, se permitió el lujo de pretender determinar, con su total desconocimiento en la materia, qué es un medio de comunicación, ignorando en base a esa falta de criterio a “Diario de Café”, periódico de la ciudad y la región, porque, para él, “no era un medio”.
Esa publicación, tabloide por entonces, fue la antecesora de LA TRASSTIENDA DE BAHÍA (edición gráfica y digital), hoy convertida en “revista de café”.
Uno y otro medio, que lo han sido y lo son (debidamente registrados) sufrieron la discriminación olimpiense en el 2002; y también en el 2008 que corre.
En el primer caso, sólo se acreditó a LA TRASTIENDA para el partido debut en el Carminatti, ante Talleres de Córdoba. En el segundo, para los cotejos ante Rosario Central (sexta fecha) y Boca Juniors (octava fecha).
En ninguno de los casos, salvo franquear el ingreso, el club concedió absolutamente nada. Ni siquiera información de algún tipo, pese a que se dice que tiene “jefe de prensa”. ¡Por favor!. Hasta lo que sabemos, parece ser, además, el único club de Primera A carente de algo casi elemental informativamente hablando, como lo es una página web, por rudimentaria que sea.
No hablamos de ninguna atención en especial (a la que entendemos no están obligados, por otra parte), aunque sea moneda corriente en instituciones profesionales que se precian, con ejemplos difundidos por medios capitalinos, de su buen trato a la prensa en todos los aspectos.
Decimos esto porque en nuestra visita al club, el viernes (25) tuvimos que “aguantar” que el informante dijera que “Olimpo pone todo”. ¿A que le llaman así?. Acaso, ¿será el equipo y el estadio?. Lo “bancan” los socios que pagan su cuota (35 pesos todos los meses, incluyendo los caídos, en que no hay fútbol) y aquellos, aficionados al fútbol, que no siendo socios pagan su entrada y a buen precio.
Abundamos en algún detalle más que puede llegar a explicar, a los que no están en la cosa, de qué estamos hablando.
El “informante” (que transmite, según él, la palabra de la CD) habló de algunos medios que, según pudimos entender, aportan. Como no dijo qué, se nos ocurre suponer que tienen publicidad estática en el estadio. ¡Allá ellos!. Pero nos alegramos porque están en condiciones de hacerlo.
Un poco más: se nos dijo que nuestra “revista de café”, así la definimos nosotros, cuenta con publicidad. ¿Es acaso algo en lo que debe “meterse” un club para permitir que un periodista pueda cumplir su función?.
Pareciera que sí, en el caso que nos ocupa. ¿La libertad de expresión y de trabajo?. ¡Bien, gracias!.
A buen entendedor, sobran mayores detalles. Nos hemos quedado pensando si vale la pena preocuparse tanto para ver, desde lo periodístico, una de las más pobres campañas futbolísticas del Olimpo de una historia grande como la propia vida aurinegra, que se encamina al centenario.
Si insistimos en el tema es porque nos asiste el derecho de hacer lo nuestro sin que nadie nos ponga obstáculos. Nada más simple y más claro.

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