Eran otros tiempos. Eran otras las circunstancias. Y también los medios.
No existían los cables (apenas si teníamos referencia de alguno, muy lejano, en el que incluso trabajamos, en el año 1976, en Trelew) y tampoco las radios de frecuencia modulada (sí, había, por caso, un radio circuito en Tornquist).
En esa época –estamos hablando de los años ’80– todavía era notoria la celebración del aniversario del cambio de nombre del partido. Es decir, la fecha del 4 de noviembre, en que el distrito de Las Sierras pasó a denominarse Tornquist.
Traemos a la memoria ese dato porque recordamos, como si fuera hoy, cómo preparamos la edición del periódico TORNQUIST, en noviembre de 1980, que coincidiría con la fiesta del pueblo.
Eran horas del gobierno del siempre recordado doctor José Manuel Rodríguez, un dirigente de esos que no se empardan, que había hecho mucho y bien como presidente de la Cooperativa Eléctrica; y también de la Biblioteca Popular Ernesto Tornquist.
El plan de electrificación rural, sin ir a otros detalles, fue precursor de un adelanto muy significativo para el partido. Cuando fue intendente, después, hizo otras obras, pero no es el tema de esta evocación.
Después de conocer bien todo Tornquist, alguna vez, hace tiempo y a lo lejos, se nos ocurrió tener un periódico allí, a propósito de saber, por algunos comentarios, que los editores del que había allí, desde hacía muchísimos años (como que su época fundacional databa de 1921) estaba en venta.
Fue en agosto del ’69, que decidimos, para bien o para mal, hacernos cargo de ese medio. Y lo editamos, previa compra de su marca, hasta 1983.
Fueron momentos de muchas satisfacciones y no pocos sinsabores. No había conciencia, que llegó con el paso del tiempo, del valor de tener un medio local que privilegiara el interés del pueblo (aunque lo escribiera alguien de afuera).
Costó mucho, por eso, que la gente entendiera cuál era la proyección que el periódico podía dar, con espíritu de servicio, a las inquietudes lugareñas. ¿Para qué?, era un interrogante común. El esfuerzo se hizo, por eso, mucho más duro.
No obstante, privilegiamos las buenas, porque adoptamos Tornquist como pueblo propio, aunque andábamos y desandábamos, cada vez, los 75 kilómetros que han separado a Tornquist, ciudad cabecera, de Bahía Blanca; y muchos más, cuando el suceso nos convocaba en Sierra de la Ventana. Pero estuvimos también en Saldungaray, Villa Ventana, Tres Picos y Chasicó.
¿Qué nos impulsaba?. Quizás, haber sido testigos, mucho antes, de las primeras voladuras, en las sierras, de aquello que dio lugar a la soñada ruta, para unir pueblos. O haber disfrutado, mucho antes aún, de las incomparables bellezas del Abra de la Ventana, cuando se inauguraba el Hotel de Turismo, orillando, si la memoria no nos juega una mala pasada, en el final de los ’40.
Supimos de buenas y malas. Nos quedó la sensación de alguna instancia no cumplida. Felizmente, otros tomaron la posta y crecieron los medios, que son hoy parte de la historia nueva, que se escribe cotidianamente, en periódicos, revistas, radios y cables, cuando no en portales de Internet.
La Comarca Turística y todo el partido de Tornquist están vivos. Con los problemas propios de esta época globalizada y sus crisis. Pero con el impulso de sus jóvenes dirigentes, creadores por imaginación y porque es una exigencia de las horas que corren.
Frente a otro 4 de noviembre, un año más, en este tercer milenio, queremos decir presente con un sencillo mensaje, el que hemos escrito, sólo dejando surgir recuerdos, espontáneamente.
A Tornquist, antes Las Sierras, nuestro saludo y el agradecimiento por dejarnos, alguna vez, ser partícipes de su vida.
Luis María Serralunga
Editor, de 1969 a 1983, del periódico TORNQUIST.
No existían los cables (apenas si teníamos referencia de alguno, muy lejano, en el que incluso trabajamos, en el año 1976, en Trelew) y tampoco las radios de frecuencia modulada (sí, había, por caso, un radio circuito en Tornquist).
En esa época –estamos hablando de los años ’80– todavía era notoria la celebración del aniversario del cambio de nombre del partido. Es decir, la fecha del 4 de noviembre, en que el distrito de Las Sierras pasó a denominarse Tornquist.
Traemos a la memoria ese dato porque recordamos, como si fuera hoy, cómo preparamos la edición del periódico TORNQUIST, en noviembre de 1980, que coincidiría con la fiesta del pueblo.
Eran horas del gobierno del siempre recordado doctor José Manuel Rodríguez, un dirigente de esos que no se empardan, que había hecho mucho y bien como presidente de la Cooperativa Eléctrica; y también de la Biblioteca Popular Ernesto Tornquist.
El plan de electrificación rural, sin ir a otros detalles, fue precursor de un adelanto muy significativo para el partido. Cuando fue intendente, después, hizo otras obras, pero no es el tema de esta evocación.
Después de conocer bien todo Tornquist, alguna vez, hace tiempo y a lo lejos, se nos ocurrió tener un periódico allí, a propósito de saber, por algunos comentarios, que los editores del que había allí, desde hacía muchísimos años (como que su época fundacional databa de 1921) estaba en venta.
Fue en agosto del ’69, que decidimos, para bien o para mal, hacernos cargo de ese medio. Y lo editamos, previa compra de su marca, hasta 1983.
Fueron momentos de muchas satisfacciones y no pocos sinsabores. No había conciencia, que llegó con el paso del tiempo, del valor de tener un medio local que privilegiara el interés del pueblo (aunque lo escribiera alguien de afuera).
Costó mucho, por eso, que la gente entendiera cuál era la proyección que el periódico podía dar, con espíritu de servicio, a las inquietudes lugareñas. ¿Para qué?, era un interrogante común. El esfuerzo se hizo, por eso, mucho más duro.
No obstante, privilegiamos las buenas, porque adoptamos Tornquist como pueblo propio, aunque andábamos y desandábamos, cada vez, los 75 kilómetros que han separado a Tornquist, ciudad cabecera, de Bahía Blanca; y muchos más, cuando el suceso nos convocaba en Sierra de la Ventana. Pero estuvimos también en Saldungaray, Villa Ventana, Tres Picos y Chasicó.
¿Qué nos impulsaba?. Quizás, haber sido testigos, mucho antes, de las primeras voladuras, en las sierras, de aquello que dio lugar a la soñada ruta, para unir pueblos. O haber disfrutado, mucho antes aún, de las incomparables bellezas del Abra de la Ventana, cuando se inauguraba el Hotel de Turismo, orillando, si la memoria no nos juega una mala pasada, en el final de los ’40.
Supimos de buenas y malas. Nos quedó la sensación de alguna instancia no cumplida. Felizmente, otros tomaron la posta y crecieron los medios, que son hoy parte de la historia nueva, que se escribe cotidianamente, en periódicos, revistas, radios y cables, cuando no en portales de Internet.
La Comarca Turística y todo el partido de Tornquist están vivos. Con los problemas propios de esta época globalizada y sus crisis. Pero con el impulso de sus jóvenes dirigentes, creadores por imaginación y porque es una exigencia de las horas que corren.
Frente a otro 4 de noviembre, un año más, en este tercer milenio, queremos decir presente con un sencillo mensaje, el que hemos escrito, sólo dejando surgir recuerdos, espontáneamente.
A Tornquist, antes Las Sierras, nuestro saludo y el agradecimiento por dejarnos, alguna vez, ser partícipes de su vida.
Luis María Serralunga
Editor, de 1969 a 1983, del periódico TORNQUIST.
Nota del editor:
El comentario referido a la fecha del 4 de noviembre fue publicado en el portal Noticias Tornquist, de Marcelo Algañaraz, periodista de la ciudad cabecera del distrito serrano. Agradecemos su gentileza, como así también su interés en rescatar, para las generaciones futuras, los viejos archivos periodísticos del partido de Tornquist, al que nos sentimos ligados en espíritu. La nota, que refleja nuestros recuerdos de casi 15 años haciendo periodismo en la comunidad tornquinense, puede verse en: http://www.noticiastornquist.com.ar. ¡Gracias, Marcelo!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario