TRAS QUE ÉRAMOS POCOS...

¡Eduardo Duhalde quiere volver!.

Las despedidas de los políticos suelen ser, por lo común, una “retirada” transitoria. Como para “oxigenar” su propio derrotero, en espera de mejores tiempos, si los hay. Nunca (o casi) suponen un definitivo adiós a las candidaturas. ¿Hace falta, acaso, dar ejemplos?. En realidad, son tan pocos los que se olvidan y nunca más, que resultaría superfluo.

Oportunista como pocos, llegó a la presidencia (que nunca le dio el voto de la ciudadanía) por una de esas “jugadas” a las que es tan afecto, tras la debacle del impresentable Fernando De la Rúa, próximamente enjuiciado.

Se fue, un tiempo después, dejándole el “legado” a Néstor Kirchner. ¿Acaso piensa que es algo que hay que agradecerle, encima?.

Ahora, aprovechando un tanto eso de las internas abiertas que ha “reinventado” la presidenta Cristina Fernández, “se ha subido”, otra vez, al carro de las postulaciones, como queriendo decir, a propios y extraños, que es mejor él que la vuelta del “pingüino” santacruceño. Y amenaza con ganarle esas internas (¡por favor!), como si de eso dependiera el futuro del país.

Todavía puede recordarse aquello de “estamos condenados al éxito”. No conforme, Eduardo Duhalde quiere volver a ser presidenciable. Como dicen, irrespetuosamente, que “Dios es argentino”,
ojalá nos libre de ese retorno. Será para bien de todos, sin duda.

POR SI FUERA POCO...

O escuchamos muy mal, o la presidenta Cristina Fernández ha hablado de una «segunda independencia». Y de un nuevo «cruce de los Andes», en un discurso desde el país trasandino.

No sabemos, claro está, hasta dónde llegará, en el futuro, esa expresión de deseos de la primera mandataria.

Aún así, se nos ocurre que ha ido un poco más lejos de lo que exigen la prudencia y el respeto.

¿Hará falta, acaso, explicar cuán fuera de lugar puede estar una afirmación, aunque la formule la presidenta de la Nación?.