POSTALES URBANAS

Las costumbres cambiaron… (¡vaya si es así!). Ahora bien: antes, cuando un intendente tomaba algunos días, ausentándose de la ciudad, debía notificarlo al HCD. Obviamente, asumía su relevo natural, el interinato, por breve que fuera. Por estos días, según se supo tardíamente, el doctor Cristian Breitenstein anda por Italia. Más específicamente, por la ciudad de Fermo, aunque cualquiera supone que dará cierta vuelta por algún otro lugar. Irá a la tradicional audiencia de los miércoles, el próximo (10), de Su Santidad, el Papa Benedicto XVI. ¿Entonces?.
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Suponíamos que éramos de los pocos quejosos, pero no. Hemos escuchado relatos inverosímiles, respecto de la odisea que, para pocos y muchos, es llegar a la nueva terminal de ómnibus. Sobre todos aquellos que deben hacerlo desde el sistema (urbano) de transporte público de pasajeros. ¿Porque están las unidades del ya obsoleto servicio anterior, que todavía rige?. No, sino porque a diferencia de lo que ocurría hasta semanas atrás, cada usuario que llega al lugar debe hacer no menos de 300 metros como sacrificado peatón, en razón del lugar en el que debe descender del micro local. ¿Nadie se dio cuenta de eso?. ¡Aplausos!.
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Fue tan gráfica la descripción sobre dos señoras que debían trasponer las puertas de acceso, desde la inmensa sala de espera hacia el sector de andenes, para abordar un servicio, que movía a risa, ¡con todo respeto!, eso sí!. Imagíneselas de tercera edad hacia adelante; no precisamente con un estilo como para “Bailando por un sueño”; y con alguna que otra “valija” acorde para un viaje al que seguirá una estadía prolongada en el lugar de destino. ¡De película!, la imagen. Era de mañana, temprano, y sin el rigor canicular de ciertas últimas jornadas. Por suerte para las viajeras. Sí, no había puertas automatizadas. En una de esas (improbable), para cuando vuelvan, algún entendido se percató de esa otra inconcebible falencia.
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Avenida Sarmiento al 1300. Vereda amplia, es cierto. Pero allí, en marcada contravención, a las 10.30 de la mañana, lucía un automóvil, estacionado sobre el lugar reservado al paso de los peatones. En el sentido de la mano, eso sí. ¿Inspectores?, ¡bien gracias!, porque se nos ocurre, no sabemos por qué, que debe ser algo común y corriente. ¿O no?. Cualquier duda, ver el programa “Bahía conduce”. Y como no somos botones de nadie, no damos ni color, ni marca ni número de chapa del vehículo. ¡Por favor!.
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Mediodía en la ciudad. Pleno centro en día viernes (5). Los inspectores de tránsito, ¿tenían asueto anticipado por el feriado largo en el que saldrán a marcar infracciones?. Nones de control. Conductores, a precaverse, porque los feriados prolongados suman espectacularidad en los números estadísticos de los informes posteriores. Todo lo demás, ¿a quién le puede importar?. Encima, el Lord Mayor no está.
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Vimos, en esta misma semana como el intendente y el presidente del HCD avanzaban, por el entorno de la Plaza Rivadavia, camino del edificio de ExRentas, o lo que es igual la que será futura sede del cuerpo parlamentario lugareño. ¿¡Pascuas navideñas anticipadas!, en su clima de buena voluntad?. ¡No!. Pocas horas después, el legislativo presidente, siempre presto ante cámaras (para las fotos o las filmaciones) se despachó por el micrófono (si aparece hay que hablar) de una radio (o por el teléfono, que es más o menos igual). ¡En qué quedamos!.