lunes, 17 de enero de 2011

COSECHA DE ESPERANZAS

Cuando esta semana analizaba esta movilización que realizará el campo justamente en nuestra ciudad, me venía la imagen de los últimos cuatro o cinco años, donde nuestro sudoeste tuvo que pelear contra un clima que, sin dudas, al igual que el gobierno, le dio la espalda; el mismo clima que hoy parece haberse congraciado y nos da todas las semanas un poco de aquello que nos había quitado.

Como también este impresentable secretario de Comercio Interior, le quitó a la ganadería hasta lo último de su aliento para muchos casos, quedando afuera del sistema productivo, no solo por el clima, sino por la falta de respuestas a la hora de obtener un precio que hoy para el ganadero tiene otra importancia.

El 2010 pareció que era el año de despegue. Mínimamente amistados con el clima los productores trigueros se jugaron las últimas fichas y si bien nadie cosechó milagros en nuestra zona, si se puede decir que se cosechó esperanza, claro, hasta que una vez más a la hora de la plata el productor volvió a tropezar con los iluminados de siempre.

Esos mismos que han hecho el negocio para unos pocos, que siguen siendo socios en las buenas con retenciones que nuestra zona no puede soportar. Los mismos tipos que hoy, por ejemplo, no le explican a la gente porque la carne ya no es para todos y también son los mismos que con mucha diplomacia regalan subsidios, otorgan créditos o -como me pasó esta semana escuchando a un reconocido periodista local- seguramente arreglan una muy linda pauta oficial, para que inmersos en el más grande de los desconocimientos que yo haya escuchado, hablen libremente del campo, aduciendo de que esta movilización no tiene sentido; que los granos en los mercados tienen precios históricos; que la carne vale fortunas; que aún hay silos abarrotados de soja, etcétera, etcétera.

Bueno, justamente a este tipo de gente –tristemente vecino nuestro- habría que explicarle que los trigos que hoy ve cosechados en Patagones, en Villarino, o en San Germán, son fruto de otro vecino que cree en el trabajo, que cree en una Argentina verdaderamente justa, en un país donde la inversión que cualquiera tiene derecho a realizar, chica o grande, no importa la escala, es una inversión propia, es un camino de esfuerzos, voluntades, sueños y negocios, por qué no, pero son ajenos, ¿sabe?.

Es decir, no se puede todo el tiempo estar jugando con lo que no es de uno, por lo menos a mi de chico me enseñaron que lo que es tuyo y viene alguien y te lo saca, ese alguien es un delincuente.

Le guste o no le guste, esta es la función que sobre el productor de una o de otra manera, viene ejerciendo este gobierno. Y a usted le digo, querido vecino, político de cualquier bandera, periodista de la emisora y opinión que usted tenga, a todos los vecinos de Bahía Blanca y la región –al menos los de los pueblos más grandes- , les pido encarecidamente, no compren más el latiguillo del campo esto o el campo aquello otro. No meta más al sudoeste dentro de todo el paquete, hágame un gran favor, agarre su autito y salga de la oficina, salga de su fresco estudio y dése una vueltita cualquier día de estos, aproveche la fresca de su aire acondicionado y pase por Ascasubi, por Villa Iris, por Saavedra, por Dorrego, elija, si puede, una tardecita de 30 grados (…. y le hablo de pueblos ni le menciono estaciones o parajes), recorra algún camino vecinal, vea a pesar de las lluvias el estado de los campos ganaderos sin pastos, imagínese trabajando bajo ese calorcito, trate de decirme cuántas vacas ve en la ruta 3 sur o cuántas vacas o campos trabajados ve en la 35.

Si así y todo no se convence, bueno bájese en el pueblo, charle con la gente, conózcala, salga de esa burbuja y deje de escuchar tanta pavada que nos quieren vender. Se va a sorprender, se va encontrar con un montón de gente con ganas de que este país salga adelante, se va encontrar con un montón de vecinos con sueños y esperanzas. Y se va encontrar también, con la realidad. Esa que marca que no existe ni un sudoeste oligarca, ni la cola de Satanás, ni todas las mentiras que le han vendido.

Por eso, más que nunca y a diferencia del conflicto de la 125, esta movilización agropecuaria tiene que ver con la dignidad. Esa misma dignidad que usted conociendo un poco más a sus propios vecinos, debería intentar recuperar.

Carlos Bodanza – Mañanas de Campo
Periodista y Miembro de Conciencia Interior

No hay comentarios: