¿TRIUNFO PARCIAL PARA EL GOBIERNO?

Un 20 de junio, hace tiempo y a lo lejos, fue la jura de la bandera en el estadio de Olimpo. Imposible no recordar, aunque corría la primera mitad de la década del ’50 del siglo que se fue, que concurrimos –como alumnos de la escuela número 5 y portando la enseña nacional, como inmerecido privilegio quizá- a esa tocante ceremonia.
Otro 20 de junio, andando el principio de los ’60, muy de madrugada, fuimos, en ese caso en la condición de “soldado conscripto”, a la propia promesa de fidelidad a la bandera, en la plaza de armas de Villa Floresta.
No sólo es la distancia en el tiempo la que nos separa este viernes (20 de junio también, pero del 2008), de hechos de un pasado que se desdibuja progresivamente en la memoria. Es que han cambiado tanto las circunstancias que parece increíble que algunos hechos hayan sucedido, alguna vez, de manera tan diferente a lo que está ocurriendo por estos días.
El Día de la Bandera ubicó a la presidenta de la Nación en Hurlingham, sede del acto oficial de la jornada, que ya no es fiesta (porque el feriado se anticipó al pasado lunes 16). Sin embargo, Cristina Fernández de Kirchner ensalzó allí la figura de Manuel Belgrano, como así de la enseña nacional como “símbolo de unidad”.
"Cuando se elige el deber, se está eligiendo el deber al compromiso con el país y con la Patria", dijo la primer mandataria. Citó a Belgrano como ejemplo "por haber elegido no sólo la construcción sino la defensa de la Patria". Habló de la bandera, como signo de “tolerancia y comprensión”.
Hubo, para los observadores (y los medios que no dejan que nada pase desapercibido) dos detalles: no estuvo el vicepresidente, Julio Cobos (no habría sido invitado, dijeron) y se utilizó, por tercera vez en la semana, la cadena oficial de radiodifusión. Eso además del hecho, igualmente trascendente, de que la presidenta no fuera a Rosario, tradicional escenario para un 20 de junio, junto al monumento a la bandera.
En tanto, con el correr de las horas, avanzaba el levantamiento de los cortes de rutas en el todo el país. Alfredo De Angeli, desde Gualeguaychú, ratificaba que permitirán la circulación de camiones.
Dicha liberación se originaba en el inicio de gestiones de las entidades del campo, a propósito del próximo tratamiento del proyecto sobre las retenciones móviles, por el Congreso de la Nación. Lenta pero progresivamente, además, era perceptible la normalización del abastecimiento de los centros comerciales, bien es cierto que se admitía que ese mecanismo demorará varios días en completarse.
Más en lo estrictamente regional, en la ciudad, el acto evocativo del Día de la Bandera tuvo lugar en la intersección de las calles Parchappe y Falucho. Allí, el secretario de Gobierno, doctor Gustavo Mena, encabezó la ceremonia en la que la señora Marta Carlaván evocó la figura del creador de la enseña nacional.
Desde otro ángulo y a propósito de nuestra columna de la víspera (“Una plaza que trae cola”) y específicamente respecto del acto en el Salitral de la Vidriera (miércoles 18), nos llegó una especie de aclaración si así puede definirse.
En ella, nos dicen que los abucheos que la concurrencia prodigó en la ocasión fueron para el intendente de Villarino, Raúl Mujica, en momentos en que se daba lectura a un comunicado (se sabe que no estuvo presente, aduciendo razones de salud) originado desde el ámbito municipal.
Nos explican, igualmente, que el dirigente ruralista Fernando Carrizo Fierro no elogió al jefe comunal sino que aludió, en su alocución, al apoyo que brindó al sector agropecuario en ocasión de gestiones efectuadas en La Plata. Por el contrario, se apuntó, el presidente de Agavisa habría señalado su disgusto por la ausencia del gobernante municipal y su indiferencia hacia la gente de campo en relación a los movimientos que abarcaron los últimos tres meses. Cumplimos en señalar esa visión respecto de lo ocurrido. Por lo que apreciamos, la concentración fue observada desde ópticas muy diferentes. No estuvimos allí y nos limitamos, por eso, a reflejar lo que se nos ha informado sobre el tema.
Como final no puede sino expresarse que, este viernes (20), el polémico conflicto “gobierno vs. campo” tornaba, al menos en lo transitorio, a un cambio en el cuadro de situación. Se levantaban los cortes de rutas y concluía el paro agropecuario. Un triunfo parcial para el gobierno, según se entiende. Habrá que esperar como se desarrolla la instancia legislativa y en qué desemboca, después, el sonado asunto. Al menos, el fin de semana parece asomar en un marco de normalidad. Ya es algo.