OTRO ROUND DE UNA PELEA SIN SENTIDO

El feriado largo (una mezcla entre lo que es el Día del Padre y el traslado del 20 al 16) ha atemperado los efectos de los cortes de ruta a través de los cuales se actualiza, en su cuarta etapa (según los que hacen recuentos), el paro agropecuario.
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Algunas fuentes nacionales hablan de 4 cortes totales y otros 25 parciales. Alguno sabrá en base a qué se consideran esas referencias.
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Es cierto que los transportistas, por caso, con cierta dosis de sentido común, prefirieron irse para festejar el Día del Padre. Aún así, anticiparon que este lunes (16) volverán a manifestarse. En cambio, sí se replanteó la cosa por el lado de los servicios de transporte de pasajeros (larga distancia), con el retorno de los micros a sus itinerarios, lo cual permitirá que quienes deben regresar a sus lugares de origen puedan hacerlo con “normalidad” (aunque nunca se sabe que es hoy lo normal).
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Lo cierto es que el país está, quiérase o no, inmerso en una incertidumbre total. Las declaraciones de los ministros Fernández (en el anochecer del sábado 14) fue una lamentable puesta en escena. ¿Para eso estuvieron toda la tarde en Olivos?. Francamente, de terror, como para cambiar una vez más el ángulo de las preferencias de la gente.
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Porque habrá que coincidir que tras los 90 días, la ciudadanía en general, harta ya, le decía ¡basta! a la gente de campo.
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Ahora, tras los sucesos de Gualeguaychú (detención de De Angeli y piqueteros incluida), con pobre desempeño de Gendarmería, la cosa se dio vuelta otra vez.
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La presencia del ex presidente Néstor Kirchner, junto a los manifestantes del PJ, en Plaza de Mayo, sumó otro ingrediente negativo al panorama desolador que ofrece, por estas horas, el país en su conjunto. Paralizado, por un lado, por efecto de los cortes; y por otro, por la inactividad que viene agregada simplemente por añadidura. Las dudas de un elevado porcentaje de argentinos hace el resto.
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Así estamos, a mitad exactamente del sexto mes del año, cuando los mercados internacionales parecerían ofrecer una halagüeña perspectiva. Argentina, por la ceguera de sus gobernantes, desaprovecha la ocasión. ¡Hasta parece mentira!. Pero es la realidad de un país sin rumbo.