PINCELADAS POLÍTICAS

Intentar la síntesis de una quincena, cuando el día a día plantea su reemplazo por el hora a hora, es poco menos que una utopía. O se le asemeja bastante. Un esbozo de resumen no puede dejar de lado la desafortunada expresión de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, quien manifestó, “sin ponerse colorada”, que ahora es entendida en carne, soja y trigo. ¿Accedió al ejecutivo de un país netamente agropecuario sin saber nada de eso, acaso?, es un interrogante cantado para un dicho que se parece en mucho a una falta de respeto.
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Eso no es nada en relación con las embestidas, totalmente desubicadas, de quien (Néstor Kirchner, por si hiciera falta decirlo) no asume que ya no es presidente de la República y que su condición de titular del PJ no le confiere derechos más allá de manejar el “partido oficialista”. Deberá esperar cuanto menos hasta el 2011 para arrogarse ciertas facultades, de las que se supone no debe gozar (aunque en esta bendita tierra nunca se sabe).
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Metida como cuña en la interna del gobierno, se fracturó la CGT, una organización de triste memoria: Hugo Moyano por un lado y Luis Barrionuevo por otro.
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Grave es, sí, en lo institucional, que el jefe de la bancada oficialista del Senado (Miguel Angel Pichetto) diga que si Julio Cobos, vicepresidente de la Nación, vota en contra de las retenciones, tendrá que “dejar el cargo”•. No sería extraño que, usando sus mecanismos, tarde o temprano, el gobierno, que no admite el democrático disenso, logre su propósito.
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En la provincia, quiérase o no, nada de nada, desde la titularidad del PF ejercida por Daniel Scioli, un desaparecido en acción, por lo que se aprecia. Está en los actos protocolares, que hoy en día parecen ser su fuerte (salvo cuando llueven los huevazos).
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En el “Pago Chico”, no faltan sobresaltos. No concluyó la polémica del transporte público de pasajeros y por el contrario se ha agravado. Que Plaza se haga cargo de la 517 y la 519 A y que Rastreador Fournier cubra los trayectos de la 519 más que solución (tipo parche) es un signo de las flaquezas con las que se ha llevado adelante el tema, donde siempre aparece el secretario de Gobierno y no el intendente en forma directa.
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Sí, en cambio, no las mandó a decir Cristian Breitenstein (y buenas razones tenía) cuando habló desde el palco oficial del Día de la Independencia.
La ofensiva de la oposición (al punto de generar, después, la integración de una comisión especial para analizar el “corralito urbano” y las falencias con las que se habría manejado el tema desde Alsina 65), daba para que el Lord Mayor dijera algunas cosas. Y lo hizo, cuando pidió abandonar “viejas lógicas decadentes”. Bien gráfica fue la definición cuando aludió a que frente a una duda se propone una denuncia y ante un proyecto se plantea un obstáculo.
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Casi podría decirse que, con su palabra (y en alguna medida), el intendente se anticipó a los hechos futuros. Esto, porque es altamente sugestiva una expresión –del ámbito parlamentario lugareño- en el sentido que “no sea otro caso Lopes” (sobre el corralito urbano) y la afirmación que “quieren que el intendente termine su mandato”, aunque eso no implica que se deje de investigar que fue lo que pasó. Se intuye que a alguno, casi, lo traicionó el subconsciente.
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Una buena, en el “pago” es que Breitenstein haya afirmado que no irá al acto del PJ, este martes (15), sino que estará en Cabildo, presidiendo los festejos del 105 aniversario de esa localidad.
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Cerrando con el tema de actualidad: el uso, o la costumbre, ha superado a la norma, en el polémico “corralito urbano”. Seguramente, con algún error administrativo (que ya costó una renuncia), pero con la decisión del intendente de respaldar al secretario de Obras Públicas.
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Se nos ocurre que es hora ya de dejar conjeturas a un lado y, en la medida de lo posible, trabajar en función de la ciudad del futuro. ¿El país?: un escenario mucho más complicado, cuyo panorama puede ensombrecerse mucho más del miércoles (16) en adelante, según lo que ocurra en la Cámara Alta. Que a sólo siete meses de la asunción de la presidenta deba hablarse de “relanzamiento” del gobierno es suficientemente grave. Casi se diría que como para temer.

(Cometario que integra la edición gráfica 175 de LA TRASTIENDA DE BAHÍA, revista de café)