El último aunque involuntario acto del Dr. Raúl Alfonsín, ha mostrado como ninguno, la obstinada contradicción del pueblo argentino.
Efectivamente; el pueblo en la calle acompañando, vivando y llorando el paso de los restos mortales del ex presidente, ha mostrado el coraje, la decisión y la reflexión que el mismo pueblo no tuvo a la hora de reconocer sus gestos.
La conmoción de tantos radicales, ha demostrado el reconocimiento que muchos de sus correligionarios no tuvieron a la hora de defenderlo.
Los discursos de sus opositores, marcaron la tolerancia que no todos tuvieron con su gobierno.
Por encima de todo ello, las lágrimas de quienes, ni siquiera por su pertenencia etárea lo conocieron y de los que siempre lo respetamos, hacen prever que su impronta ha trascendido el tiempo.
Por la salud de la República, es deseable que, con la muerte del Dr. Alfonsín, las mezquindades, la soberbia y la indiferencia den paso a las actitudes patrióticas que él supo encarnar.
Desde el íntimo orgullo de ser radical saludo con respeto la memoria del político y estadista que ya es patrimonio de la historia.
Susana Marcolini de Miller
DNI 11757698
Tornquist
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