sábado, 20 de diciembre de 2008

ACTITUDES CONTRAPUESTAS EN UN MISMO TEMA





Bien por el intendente y su firmeza. Los concejales piensan en el 2009 y en ganar simpatías.

Dos posturas que, sin vuelta de hoja, muestran cual es la realidad político institucional en la ciudad.
Cristian Breitenstein, de quien elogiamos su firme posición (ver “frente al reclamo, el sentido común”, comentario del día 17) ha mantenido su actitud, inamovible, como citan las crónicas, ante la desproporcionada exigencia salarial de los empleados municipales.
El intendente insistió en la decisión de otorgar un 8 por ciento de incremento en los sueldos de los trabajadores, frente a la pretensión de un 30 por ciento de aumento que procura el gremio, actualmente en cumplimiento de medidas de fuerza.
En la contrapartida, los concejales de la oposición, que fueron a entrevistar, de urgencia, al jefe de gobierno de la ciudad, plantearon la necesidad de modificar la oferta formulada, requiriéndole, además, que abandone lo que han considerado una abierta confrontación con el sindicato de los municipales.
Es decir: frente a la determinación del intendente, en defensa de los intereses de la ciudad, los ediles han optado por inclinarse a favor de los agentes comunales olvidándose, quizás, de su condición de representantes de la comunidad en general, que los ha respaldado alguna vez con su voto, para que estén “del lado de todos” y no de un sector, aún cuando se entienda que la crítica situación “global” (no la de los propios concejales, cuya “dieta” no es precisamente exigua sino todo lo contrario) amerita alguna recomposición salarial, pero en un marco que contemple a todos por igual y no sólo a quienes revistan bajo el paraguas de la Municipalidad de Bahía Blanca.
Como si fuera poco, el presidente del HCD ha salido (¡cuándo no!) a la palestra, olvidándose de ciertos conformismos personales frente a otras acciones del gobierno de Alsina 65.
Juan Pedro Tunessi, salió diciendo que “necesitamos un intendente a la altura de los hechos y por lo que se ha visto hasta ahora, Breitenstein no lo está”.
No vale la pena abundar en otras consideraciones acerca de los dichos del todavía dolido ex candidato a intendente (octubre 2007) que no titubeó, pese a su derrota del año anterior, en aceptar su continuidad como presidente del cuerpo deliberativo.
Casi superfluo es decir que los concejales han buscado, en este polémico y serio diferendo, “arrastrar agua para su molino”, pensando en que el 2009 es electoral a nivel legislativo y nunca está de más captar adhesiones, no importa qué pueda ponerse en riesgo.
No somos ilusos. Suponemos que en algún momento la cosa deberá resolverse y así como se dan ciertas circunstancias, no sería nada del otro mundo que algo deba resignarse para que la ciudad no sufra en detrimento de la mejor prestación de ciertos servicios que dependen de un municipio en plena actividad y no paralizado como sucede por estas horas.
Aún así, aplaudimos la firmeza del intendente; y deploramos el facilismo con el que desde escaños parlamentarios lugareños, por una cuestión de “simpatías con fines electorales”, se ha manejado el tema.
Aún desde el respeto por las aspiraciones de los trabajadores, insistimos, desde nuestro ángulo, en la simple atención a aquello que sugiere el sentido común. Hasta ahora, prevalece, quiérase o no, en Cristian Breitenstein, el intendente. De él es la responsabilidad, por otra parte.


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Cristian Breitenstein: la firme actitud (deseable), en el jefe de gobierno de la ciudad.

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